
1 Corintios 11:17-34
Madurez del Creyente: Abusos durante la cena del Señor en la iglesia de Corinto
Hoy nos enfocaremos en 1 Corintios 11:17-34, donde Pablo confronta a los corintios sobre los abusos en la Cena del Señor. Este capítulo revela no solo errores específicos de la iglesia, sino principios esenciales para el comportamiento cristiano y la reverencia en el culto.
Introducción
Pablo comienza señalando un problema central: las reuniones no estaban edificando, sino causando discordia. En lugar de honrar a Dios y fomentar la unidad, se mostraban divisiones y actitudes egoístas. La Cena del Señor, instituida como símbolo de unidad y recordatorio del sacrificio de Cristo, se había desvirtuado.
Problemas en la Iglesia
1. Actitudes egoístas: Algunos se adelantaban a comer, dejando a otros con hambre, mientras otros se embriagaban (v.21).
2. Falta de reverencia: La Cena del Señor se convirtió en una excusa para satisfacer deseos carnales, perdiendo su verdadero significado (v.20-22).
3. Divisiones: Pablo menciona que estas divisiones exponían quiénes eran espiritualmente maduros y quiénes no (v.19).
Principios para la Cena del Señor
1. Un tiempo de reflexión: Pablo exhorta a los creyentes a examinarse antes de participar, reconociendo el sacrificio de Cristo y su propio estado espiritual (v.28-29).
2. Unidad en el cuerpo de Cristo: La Cena debe ser un momento de comunión, no de discordia. Pablo insta a esperar unos a otros y a considerar las necesidades del prójimo (v.33).
3. Reconocimiento del sacrificio: El pan representa el cuerpo de Cristo y la copa, Su sangre, como símbolos del nuevo pacto. Participar indignamente es menospreciar Su obra redentora (v.23-26).
Aplicación para Hoy
1. Discernir nuestro propósito: Cuando nos reunimos como iglesia, no debemos buscar nuestro beneficio individual, sino exaltar a Cristo y edificar a otros.
2. Evitar actitudes inmaduras: Las divisiones y el egoísmo reflejan falta de madurez espiritual. Pablo nos llama a crecer y a actuar con responsabilidad como miembros del cuerpo de Cristo.
3. Reverencia y arrepentimiento: Participar en la Cena del Señor debe ser un acto de adoración y gratitud. Si hay pecado en nuestra vida, debemos arrepentirnos y reconciliarnos antes de participar.
Conclusión
Pablo no escribió para condenar, sino para corregir y guiar. Nos recuerda que el propósito de la Cena del Señor es recordar a Cristo y Su sacrificio, mientras cultivamos la unidad y el amor en el cuerpo de creyentes. Que cada reunión sea una oportunidad para glorificar a Dios y fortalecer nuestra fe.
"Padre, gracias por la lección de hoy. Ayúdanos a vivir con reverencia y unidad como iglesia. Que nuestras vidas reflejen Tu sacrificio y amor. En el nombre de Cristo Jesús. Amén."